Sabemos que cultural y socialmente, nuestro país tiene una fuerte influencia a valorar cómo una persona estéticamente atractiva y saludable, a alguien de peso delgado, con cierta forma corporal, que por años ha sido el objetivo ideal de muchas personas que desean “cambiar” su cuerpo para ser mayormente aceptados dentro de la sociedad.
El estigma de peso son aquellas actitudes negativas y creencias que devalúan a otras personas en base a su peso. Esto se puede experimentar en los diversos tipos de cuerpos, sin embargo, este estigma está principalmente relacionado a personas con sobrepeso u obesidad (según el IMC).
Algunas formas en las que aparece este estigma social son a través de: prejuicios, discriminación, estereotipación y exclusión social.
Al sobrevalorar al cuerpo y al ideal de la delgadez, se asocia como algo saludable o de bienestar, a acercarse a distintas formas para bajar de peso, como dietas, cirugías, ejercicios y fármacos. Esta cultura de la búsqueda de la delgadez, hace sentir a la persona que tiene un sentido de pertenencia y aceptación social, dejando a todos los otros tipos de cuerpos rechazados y marginados socialmente.
¿Entonces cómo podemos mejorar esto?
En primer lugar, entender que si biológicamente nuestros exámenes están bien, llevamos una alimentación equilibrada, realizamos ejercicio de forma regular, entre otros aspectos, nuestro cuerpo se encuentra sano y en equilibrio, independiente de como se vea nuestra figura externa.
También podemos comenzar a cuestionarnos cultural y socialmente como es que se ha ido formando nuestra propia concepción de belleza.
Debemos entender que estos procesos de deconstrucción no son rápidos e inmediatos, por lo que el acompañamiento de especialistas puede ser esencial para explorar las diferentes áreas que componen la creación de este prejuicio.
Nuestro mensaje más importante es, no estás solo en esto, por lo que podemos ser tu lugar de apoyo para buscar la mejor versión de tí mismo 🙂
Ps. Camila Lorca